#NoFrenemos

Llevamos cinco años en todo Chile moviéndonos junto a más de 2.2 millones de personas todos los meses. Las historias de Sandra, Daniel y Juan Emilio representan las que hoy se viven en más de 85.000 hogares, que avanzan con Uber creando oportunidades para sus familias.

Queremos seguir moviéndonos contigo. Por lo mismo, hemos sido activos promotores de una regulación que beneficie a todos nuestros usuarios.

Sin embargo, el proyecto de ley que está en discusión, si es aprobado como está, presenta un desafío: el 80% de los socios conductores podría no seguir manejando. Esto sería una vuelta atrás para la movilidad en Chile, transformando un servicio accesible en algo exclusivo para zonas céntricas y de mayores recursos.

Sandra es vendedora de seguros y vive en Santiago. Empezó a manejar con la aplicación de Uber en 2017, cuando sus tres hijos mayores iban a terminar el colegio e ingresar a la universidad. Sandra necesitaba generar ganancias adicionales para poder pagar sus estudios, pero con la libertad de hacerlo a las horas y días en que tuviera tiempo disponible. 

“Soy mamá y papá de mis hijos y Uber me ha permitido pagar sus estudios. Muchas veces es sacrificado y uno está en las noches e incluso en Navidad manejando, pero esto vale la pena por ellos”, cuenta Sandra quien pasó la noche de un 24 de diciembre conectada a la app para poder pagar la matrícula de su hija que estudia Química y Farmacia.

Su esfuerzo y dedicación han tenido frutos. Rocío, la hija mayor de Sandra ya está titulada. Ahora, sigue conduciendo para que Felipe y Valentina también puedan hacerlo.

Daniel es ingeniero agrícola y vive en San Fernando. El 2017 se inscribió como socio conductor de Uber para poder pagar el tratamiento de su hija, quien escucha gracias a un implante coclear.

“Uber se ha convertido en una gran oportunidad para mí y mi familia. En invierno mi trabajo no es muy rentable y conducir con la aplicación me ha permitido mantener a mi familia y costear el tratamiento de mi hija”, dice Daniel sobre lo que significa tener la oportunidad de conectarse a la app de Uber y generar ganancias.

Si bien, Daniel en un comienzo conducía para ayudar a su familia, ahora la plataforma de Uber también lo ayuda a él. Desde hace un año fue diagnosticado con cáncer de colón y ahora usa sus ganancias en su propio tratamiento y para pagar deudas. “Esto me mantiene activo emocionalmente”, cuenta.

Juan Emilio es un emprendedor que dejó su natal Venezuela en 2017 para venir a Chile en búsqueda de nuevas oportunidades.

Al poco tiempo encontró trabajo, sin embargo, su sueldo no le alcanzaba para solventar sus gastos y ayudar a su familia. Fue así que, tras obtener la licencia de conducir chilena, decidió inscribirse en la plataforma de Uber para generar ganancias adicionales en sus tiempos libres.

Si bien, en un inicio arrendó un vehículo para comenzar a manejar, desde el año pasado que Juan Emilio tiene su propio auto. “Para mí ha sido muy importante contar con la app de Uber. Hoy puedo ayudar a mi familia en Chile y Venezuela gracias a esta oportunidad”, cuenta.